1.- Demasiado pronto. Así se resume la actuación de Natalia
Rodriguez en el 1.500. Favorita tras una
buena semifinal y en recuerdo de su cabalgada triunfal (y frustrada) de
Berlín’09, Natalia ha corrido como acostumbra: con los ojos bien abiertos, el
pulso frío, las piernas calientes y el GPS activado. Natalia cabalga con
suavidad durante los tres primeros giros, alejada de zonas broncas y tensas.
Sale indemne de las caídas tradicionales, que se llevan por delante a dos de
las favoritas: Morgan Uceny (EEUU) y Maryam Jamal (Burundi). Y al toque de
campana decide que es la hora del ataque.
Se equivoca. Natalia es irresistible en los últimos 150
metros, pero hoy ha decidido atacar de lejos. Demasiado pronto. Demasiado
fuerte. A 50 metros de la victoria se le acaba la gasolina y ve pasar a dos
relámpagos que la relegan al bronce en 4’05”87: triplete blanco con la
estadounidense Jennifer Simpson (4’05”40) y la británica Hannah England
(4’05”68).
2.- Esperas a Bershawn Jackson, a Van Zyl, a Javier Culson,
incluso a Félix Sánchez. Pero en la recta final surge como un relámpago David
Greene y remonta un duro 400 vallas para proclamarse campeón mundial (48”26) y
dejar boquiabiertos a todos los pronosticadores. En cambio, todos esperábamos a
Lashinda Demus para el oro en la misma prueba femenina y cumplió con un
extraordinario recorrido, cerrado en 52”47, apenas a cinco centésimas del
récord mundial de Melanie Walker (52”42, 2009), que siguió la proeza de su
rival desde un par de metros atrás (52”73). Prodigiosa carrera y gran duelo
programado para Londres’12, con el oro olímpico y la plusmarca mundial como
premios.
3.- Interesante final de altura masculina, con Jesse
Williams en concurso perfecto, cinco saltos al primer intento, desde 2,20 hasta
2,35, fin de trayecto. Mismo registro que el ruso Dmitrik, con varios nulos en
su progresión. Decepción de Ivan Ukhov, quinto con 2,32 superados al tercer
intento. Bronce para el sorprendente bahameño Trevor Barry (2,32 al primero,
marca personal) que permite calibrar el indescriptible bajón de su compatriota
Donald Thomas, undécimo con sólo 2,20, lejísimos de aquellos 2,35 que le dieron
el oro mundialista en Osaka’07. De Thomas decían que no sabía saltar porque
practicaba una heterodoxa tijera sobre el listón y pronosticaban que, si
mejoraba su técnica, se iría a los 2,40. Manos a la obra, le cambiaron su modo
natural de saltar y han conseguido hundirle en la miseria. ¡Huyamos de los
ortodoxos!
4.- Golpe de efecto en la calificación de jabalina: Tero
Pitkämäki, fuera de la final con unos pobres 79,46 y otros dos lanzamientos muy
menores (78,21 y 76,05), lejos de los 82,50 que se pedían y de los 81,03 que
han servido de repesca. Ya son cuatro los años en que el finlandés no cuaja
buenas actuaciones. Desde su victorial en el Mundial’07 de Osaka con aquellos
grandes 90,33, Pitkämäki está muy lejos de sí mismo.
y 5.- Olga Kaniskina, 26 años, rusa de oro que encadena
títulos de 20 Kilómetros Marcha con una precisión matemática. 1 hora 29’42”
para ganar en la humedad de Daegu, crono profesional, muy alejado de su mejor
marca personal (1h24’56”). Kaniskina es imparable en los días grandes: campeona en Osaka’07, Berlín’09
y Daegu’11, triplete consecutivo, aderezado por sus victorias en los JJOO de
Pekín’08 y el Europeo de Barcelona’10. La marchadora imbatible.
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