lunes, 29 de agosto de 2011

Descalificación en OK Corral (3ª jornada Mundial atletismo)


1.- Los 110 metros vallas son un deporte de contacto. Dayron Robles se enfrentaba a Liu Xiang: los dos grandes dominadores de la especialidad en calles contiguas. Peligro. La amplitud de las calles impide que un vallista manifieste todo su potencial sin invadir con los brazos la calle vecina. Eso es muy peligroso cuando se enfrentan dos rivales tan igualados. Liu por calle 6, Robles por la 5: choque previsible.

Se adelanta Robles a todos, pero Liu hace lo que solía antes de su grave tendinitis de 2008: reaccionar de forma imparable. Igualados en la octava valla, Liu va camino de una gran remontada y del oro, pero a la caída del noveno obstáculo la mano derecha de Robles impacta en el brazo izquierdo del chino. Impacta, además, con la mano abierta, casi como si le agarrase. Frenazo para Liu, pero siguen adelante y en la décima valla (la última) se repite el incidente, esta vez con la mano cerrada de Robles impactando sobre la muñeca de Liu, que queda totalmente frenado, casi en estado de shock mirando a su rival, y concluye tercero. La foto es del momento del impacto.

Apenas cruzar la meta, Robles parece disculparse ante Liu, con rostro muy serio. Elegantes ambos, pero conscientes de que ahí hay un problema serio. Jason Richardson, espectacular en semifinales, ha concluido entre ambos y el “armario” Oliver termina muy lejos, perdido en el quinto puesto. Malos cronos, con ese horrible viento en contra (-1,1 m/s) de Daegu’11. Para Robles 13”14, para Richardson 13”16 y para Liu 13”27.

Reclamación china y descalificación acogiéndose al Artículo 163.2 del reglamento de la IAAF, que dice así:

“Obstrucción.- 2.- Cualquier atleta que empuje u obstruya a otro impidéndole avanzar, se expone a ser descalificado de esa prueba. El Juez Árbitro tendrá poder para ordenar que la prueba se dispute de nuevo con la exclusión del atleta descalificado o, si se trata de una ronda preliminar, podrá permitir a cualquier atleta o atletas seriamente afectado/s por un empujón o una obstrucción (con excepción del atleta o atletas descalificado/s) participar en una ronda posterior de la prueba. Normalmente el/los atleta/s afectado/s deberán haber acabado la prueba con auténtico esfuerzo. Sin tener en cuenta si hubo o no una descalificación, el Juez Árbitro, en circunstancias excepcionales, tendrá el poder de ordenar que una carrera sea disputada de nuevo si lo considera justo y razonable”.

Descalificado Robles, el podio proclama campeón amargo a Richardson, subcampeón decepcionado a Liu y bronce inesperado a Turner. La reclamación cubana no ha prosperado. Más tarde, el campeón español Jackson Quiñones ha publicado la siguiente foto del pasado Europeo de Barcelona’10, donde el francés Doucouré le agarra de la mano. Quiñones se negó a presentar reclamación.

2.- Los 100 femeninos han sido, nuevamente, víctimas del pésimo viento de Daegu’11: en este caso, -1,4 m/s, 10 centésimas de pérdida en el crono como mínimo. Tres jamaicanas contra Carmelita Jeter, líder del ránking mundial del año (10”67), una potencia fuera de normas: compacta, poderosa, tren inferior monumental, pero con tendencia a cometer errores técnicos. Esta vez, su carrera es impecable. A la sexta zancada, la campeona olímpica, Shelly-Ann Fraser, es quien comete un error fatal: con salidas tan explosivas como la suya resulta imprescindible mantener una tensión intensa del tobillo. A la jamaicana le ha cedido en el quinto apoyo y ahí ha perdido toda opción. No sólo por el tiempo perdido –centesimal-, sino porque ese incidente corta el proceso de aceleración por la mitad. Como si alguien te diese un sopapo en el rostro.

Jeter se ha ido por delante y Verónica Campbell ha mostrado su potencia para remontar y acercarse. 10”90 para la norteamericana, 10”97 para Campbell, 10”98 para la triniteña Baptiste y 10”99 para Fraser. Buenos cronos, que en condiciones óptimas de viento habrían sido excelentes. Es la segunda vez que en una final de 100 se baja de 11 segundos con un metro o más de viento en contra. En los JJOO de Barcelona’92, Gail Devers marcó 10”82. Hoy, 50,5 zancadas para la campeona, la más veterana de la historia de los Mundiales, con 31 años y 278 días. Otra que desmiente el Mito de la Edad. Como Kim Collins ayer.

3.- Tercer oro consecutivo de la neozelandesa Valerie Vili-Adams en lanzamiento de peso con magníficos 21,24 m. que igualan el récord del Campeonato, fechado nada menos que en 1987, en la segunda edición, celebrada en Roma. Tiempos de dopaje masivo. La plusmarca era de la soviética Natalia Lisovskaya, la plusmarquista mundial con 22,63 aquél mismo año, hace ya 24. Un récord de los muchos que deberían haber sido borrados. Por decencia.

Vili-Adams conquista su tercer oro mundial consecutivo, igualando la hazaña de la alemana Astrid Kumbernuss. La neozelandesa ganó en Osaka’07 con 20,54, seis centímetros de ventaja sobre la bielorrusa Nadzeya Astapchuk; en Berlín’09 con 20,44 y 24 centímetros sobre la local Nadine Kleiner. Hoy ha derrotado de nuevo a Astapchuk (20,05), pero con 1,21 m de ventaja, distancia sideral. La Kumbernuss venció en Goteborg’95 (21,12), Atenas’97 (20,71) y Sevilla’99 (19,85). A Valerie Adams le espera un segundo título olímpico dentro de un año en Londres’12.

y 4.- Finalmente, el salto con pértiga. El francés Renaud Lavillenie parte como gran favorito (6,03 esta temporada) y su concurso es impecable: 5,65 al primer intento, 5,75 también y 5,85 también. Parece lanzado a la gloria, pero en 5,90, pese a superarlo con amplitud, derriba en las caídas y termina en bronce. Por detrás, dos inesperados le arrebatan esa gloria prometida: el polaco Pawel Wojciechowski, campeón mundial universitario, y el cubano Lázaro Borges, que consiguen los 5,90 al tercer intento. Golpe de efecto contra el mejor saltador del año, un misil cuando la pértiga le catapulta, pero que hoy ha errado en el instante supremo.

1 comentario:

  1. SALUDOS:

    GRACIAS POR LA CRÓNICA.
    ECHO EN FALTA LOS 400 FEMENINOS Y EL MARTILLO MASCULINO.
    CARMELITA JETER TIENE ESTE AÑO 10"67, NO 10"70.

    SIN MÁS:

    JOAQUÍN CARMONA TORRE

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